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domingo, octubre 28, 2007
viernes, octubre 19, 2007
Día de Furia
Soy una persona intolerante. Bastante intolerante. Seguramente, demasiado intolerante. Si tengo un defecto para destacar, ja, seguro éste es. Y lamentablemente, la República Bolivariana de Venezuela no me ayuda. Ni siquiera lo hacía antes del nuevo mote revolucionario en su nombre.
Siempre he dicho (hay varios testigos) que, definitivamente, es imposible que me convierta en un serial killer. Que es obvio que no tengo una propensión real a asesinar. Porque -y no me cabe duda- si la tuviera, ya muchos habrían caído. Motorizados, ciertos buhoneros, determinadas secretarias, algunos vigilantes, muchos gerentes, demasiados presidentes... y más... todos ellos serían parte de mi macabra lista de "limpieza", hasta que me descubrieran, me maten o me encanen en El Rodeo.
Día de Furia (Falling Down, 1993) es, tal vez, la primera película que puso en el mapa a Joel Schumacher (nada que ver con Michael, creo), quien luego ganaría más renombre con Batman Returns (la de Val Kilmer), Batman & Robin (la de George Clooney) y 8mm (Nicholas Cage). Por supuesto, para una persona como yo (luego de la confusa, incompleta y tal vez vacua descripción inicial), semejante 'masterpiece' protagonizada por Michael Douglas produce un placer descomunal. Una sonrisa en, al menos, 90 de sus 113 minutos.
No me identifico con el personaje en lo absoluto hasta que se arrecha y empieza a dispararle a todo por su paso con una escopeta. No me cabe duda que ésta es la mejor arma para descargarse con algo. Es lenta, pero de pinga. Catártica. Aunque si me toca algún día, no descartaría la ametralladora rotatoria (debe ser un verdadero peo para dominarla) o, sin dudas, mi segunda favorita: un lanzallamas. JA.
¿Quién no ha querido meterle un pepazo a algo/alguien en plena calle? Tal vez no para matarlo, vale. Tampoco crean. Es como, um... no sé, porque se lo merece. Para que le duela, al menos. Para que no joda más.
La escena en la franquicia de comida rápida es un clásico. Es, seguramente, uno de los lugares en los que más gente ha querido dispararle a alguien. Generalizando, casi siempre los que atienden en este tipo de cadenas son poco inteligentes, casi nunca vivaces y jamás educados. Por eso, ¡PUM!... ¡no joda!
El pana (William 'D-Fens' Foster, así se llama el personaje de Douglas) tiene un final merecido, pero el grueso de la película despierta simpatías en no pocas personas. Someter a unos choros... ¡DIOS! ¿quién no pagaría por caerle a batazos en las rodillas al delincuente que te quiere quitar el celular? ¿quién no gozaría metiéndole un palazo en la jetota al desgracia'o que te quiere arrebatar tu reloj?
Sincerémonos: alguna vez (si es que no muchas) hemos querido hacer algo similar. O sentimos que, algún día, despertaremos como 'D-Fens', con ganas de arrasar con todo.
Pero bueno, vamos a tomárnoslo con calma, ¿eh?
NOTA: Esto no es una apología al delito. Es pura paja de un carajo que no llevará a cabo nada de lo que acaba de escribir. O, al menos, no lo hará en un buen tiempo. O no dejará rastros cuando lo haga.
Siempre he dicho (hay varios testigos) que, definitivamente, es imposible que me convierta en un serial killer. Que es obvio que no tengo una propensión real a asesinar. Porque -y no me cabe duda- si la tuviera, ya muchos habrían caído. Motorizados, ciertos buhoneros, determinadas secretarias, algunos vigilantes, muchos gerentes, demasiados presidentes... y más... todos ellos serían parte de mi macabra lista de "limpieza", hasta que me descubrieran, me maten o me encanen en El Rodeo.
Día de Furia (Falling Down, 1993) es, tal vez, la primera película que puso en el mapa a Joel Schumacher (nada que ver con Michael, creo), quien luego ganaría más renombre con Batman Returns (la de Val Kilmer), Batman & Robin (la de George Clooney) y 8mm (Nicholas Cage). Por supuesto, para una persona como yo (luego de la confusa, incompleta y tal vez vacua descripción inicial), semejante 'masterpiece' protagonizada por Michael Douglas produce un placer descomunal. Una sonrisa en, al menos, 90 de sus 113 minutos.
No me identifico con el personaje en lo absoluto hasta que se arrecha y empieza a dispararle a todo por su paso con una escopeta. No me cabe duda que ésta es la mejor arma para descargarse con algo. Es lenta, pero de pinga. Catártica. Aunque si me toca algún día, no descartaría la ametralladora rotatoria (debe ser un verdadero peo para dominarla) o, sin dudas, mi segunda favorita: un lanzallamas. JA.
¿Quién no ha querido meterle un pepazo a algo/alguien en plena calle? Tal vez no para matarlo, vale. Tampoco crean. Es como, um... no sé, porque se lo merece. Para que le duela, al menos. Para que no joda más.
La escena en la franquicia de comida rápida es un clásico. Es, seguramente, uno de los lugares en los que más gente ha querido dispararle a alguien. Generalizando, casi siempre los que atienden en este tipo de cadenas son poco inteligentes, casi nunca vivaces y jamás educados. Por eso, ¡PUM!... ¡no joda!
El pana (William 'D-Fens' Foster, así se llama el personaje de Douglas) tiene un final merecido, pero el grueso de la película despierta simpatías en no pocas personas. Someter a unos choros... ¡DIOS! ¿quién no pagaría por caerle a batazos en las rodillas al delincuente que te quiere quitar el celular? ¿quién no gozaría metiéndole un palazo en la jetota al desgracia'o que te quiere arrebatar tu reloj?
Sincerémonos: alguna vez (si es que no muchas) hemos querido hacer algo similar. O sentimos que, algún día, despertaremos como 'D-Fens', con ganas de arrasar con todo.
Pero bueno, vamos a tomárnoslo con calma, ¿eh?
NOTA: Esto no es una apología al delito. Es pura paja de un carajo que no llevará a cabo nada de lo que acaba de escribir. O, al menos, no lo hará en un buen tiempo. O no dejará rastros cuando lo haga.
domingo, octubre 14, 2007
Minuto 67 (Ecuador 0-1 Venezuela)
Le dieron a Guerrita. A ver si así agarramos un poco de aire, porque está complicado esto, ¿no?. Pero estamos aguantando. Y lo vamos a aguantar. Dame la pelota, ‘monstruo’, que de aquí le doy de una.
Vamos a acomodarla aquí, así. Ajá. tranquilito. Sin apuro. Los que están apurados son ellos. Los que están empatando en casa son ellos. Los que estamos sumando en Quito somos nosotros. Esta pelota tiene que agarrar fuerza aquí, la altura tiene que arrimar una para nosotros. Nos tiene que salir ésta. ¿Sería una locura si...?
Está bien lejos. Pero qué va, agarro impulso y le pego alto. En la ‘madre’. Así seguro agarra fuerza en el camino, y con este aire loco que hay acá, seguro se cae al final. ¿Pero no es demasiado lejos?
No, vale. Le voy a pegar con todo. Y este portero está adelantado. Mejor. Tengo que pegarle directo entonces. Que se agarren. Va pa’ dentro, carajo.
¿Y me van a poner barrera aquí? Jajá. Si hay como 40 y pico metros de distancia. Se volvieron locos. Ahora con más razón le pego directo. No nos vamos a arrugar. Le pego durísimo y que se lamenten ellos después. Golazo.
Bueno, aquí voy. Más nada. Ya River sabe lo que es, ahora tengo que darle a esta con el alma. Con todo. Quiero gritarlo... y lo voy a gritar.
Vamos a acomodarla aquí, así. Ajá. tranquilito. Sin apuro. Los que están apurados son ellos. Los que están empatando en casa son ellos. Los que estamos sumando en Quito somos nosotros. Esta pelota tiene que agarrar fuerza aquí, la altura tiene que arrimar una para nosotros. Nos tiene que salir ésta. ¿Sería una locura si...?
Está bien lejos. Pero qué va, agarro impulso y le pego alto. En la ‘madre’. Así seguro agarra fuerza en el camino, y con este aire loco que hay acá, seguro se cae al final. ¿Pero no es demasiado lejos?
No, vale. Le voy a pegar con todo. Y este portero está adelantado. Mejor. Tengo que pegarle directo entonces. Que se agarren. Va pa’ dentro, carajo.
¿Y me van a poner barrera aquí? Jajá. Si hay como 40 y pico metros de distancia. Se volvieron locos. Ahora con más razón le pego directo. No nos vamos a arrugar. Le pego durísimo y que se lamenten ellos después. Golazo.
Bueno, aquí voy. Más nada. Ya River sabe lo que es, ahora tengo que darle a esta con el alma. Con todo. Quiero gritarlo... y lo voy a gritar.
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